Vaya este poema con un cariñoso recuerdo dedicado a
todos los habitantes de las Cuevas del Campo, pueblo donde nací y viví hasta
los catorce años.
En las cuevas del Campo se quedaron mis recuerdos
adolescentes y el sabor inolvidable de mi despertar al amor, la vida me
arrastro hacía otras tierras pero mi alma se quedó enganchada al recuerdo de
sus paisajes y el armonioso latido en el corazón de sus gentes.
Tengo toda una vida vivida lejos de mi pueblo pero ni
un solo día he dejado de añorar los pocos años que disfruté al abrigo
inmaculado del amor familiar en la última cueva que hay en el barrio del
Gorrión “La cueva del tio “cojillo”en esa cueva desperté a la vida y en ella
están mis mejores recuerdos para los que me dieron todo el amor que otros me quitaron,
mi abuela “La tía Encarnación la “cojilla” y mi tío Antonio Santander.
EL OASIS DE UN POETA
Estoy a solas conmigo
sin
más alas que un suspiro,
sin
más sonido que el viento
como
único testigo.
A
solas voy, tristemente,
con
el corazón tranquilo
atento
tan solamente
al
ritmo de sus latidos.
Bajo
mis pasos cansados
va
la cinta de un camino.
pedregal
de tierra ocre
donde
florecen los lirios.
Los
árboles se entretienen
con
el viento envejecido
mientras
mí cuerpo da sombra
a
la sombra de un olivo.
Es
un otoño cualquiera.
Uno
más, que me ha traído
un
ramo de versos nuevos
que
brotan como un latido.
Resbalando
por los ojos
llevo
el génesis de un río
por
dos vertientes marcadas
que
ya nacieron conmigo.
Recogido
en soledades
llevo un ramo de jacintos
hechos de seda indefensa
y de perfumes dormidos.
El corazón va despierto
en su compás oprimido
con la lluvia de cadencias
que voy dejando en un
libro.
¡Gracias Señor!, Por
dejarme
ser cantora en los caminos
y por no darme más cruces
de soledad y martirios.
¡Gracias!, Por darme la
esencia
de la luz con la que
escribo
y por dejar que mi alma
tenga éste Oasis de
alivio.
¡Gracias por mis
soledades!
¡Por las horas que respiro
y por el caudal de auroras
que van guiando mi sino!
¡Gracias Señor!, ¡Muchas gracias!
Por poner en mi camino
la luz de los sentimientos
y el calor de los amigos!
¡Dios! ¡Te debo tantas
cosas!
¡Tengo tanto recibido!
Pasar y no darte gracias
no es de pecho agradecido.
Por eso, vaya este canto
tras del eslabón perdido
y que me tengas presente
cuando me llames contigo.
3-3-03. L`
Hospitalét. (Barcelona)
Emocionante tú canto, eres un ángel y ese pueblo tiene suerte de tenerte.
ResponderEliminarGracias Inma, tu si que eres estupenda. Un abrazo.
Eliminar