lunes, 10 de octubre de 2016

ETERNIDAD (DEDICADO A MI ABUELA)

ESTA PÁGINA ESTÁ DEDICADO A MI ABUELA ENCARNACIÓN, (MI MAMA ENCARNA,EL SER MÁS HUMANO Y MÁS FUERTE QUE HE CONOCIDO)
LOS CONSEJOS DE MI ABUELA.

    Abuela, ¿por qué siendo yo
lo mismo que otras mozuelas
no quieres que vaya al baile
lo mismo que se van ellas?

Si vieras como lo envidio
cuando las veo tan compuestas
marcharse cada domingo
para el baile tan contentas.

   ¡Yo siempre me quedo en casa!
¡Siempre a tu mano sujeta!
A veces he llegado a pensar
que no me quieres, abuela.

   Qué te gusta verme triste
y qué quieres que me muera.
Siempre me dices lo mismo.
¡Déjalas que se diviertan!

   ¡Déjalas irse a los bailes
igual que las perras sueltas!
Ellas que sigan bailando,
tú conmigo, con tu abuela.

   ¡Si vieras, mi mama Encarna
como me lloran las penas!
¡Como recuerdo a mi madre!
¡Como quiero estar con ella!

   Si ella estuviera conmigo
no sería tan severa.
¡Dígamelo ya, por Dios!
¡Diga! ¿Por qué no me deja!

CONTESTACIÓN DE MI ABUELA.


  Te estoy escuchando hablar
sin meterme en tu protesta,
ahora, siéntate a mi lado
y escucha bien mi respuesta.

  Te piensas que no te quiero
porque te tengo sujeta,
porque no dejo que salgas
igual que lo hacen ellas.
  
   Esas amigas que tienes
tan alegres y modernas,
esas que enseñan sus cuerpo
presumiendo descompuestas,
fumando como los hombres
y rapándose las cejas.

Esas que como payasos
pasean por las aceras
provocando y yendo al baile
a sobarse con cualquiera.

¿Esa es la diversión
que vas envidiando de ellas?
¿Por eso es por lo que piensas
que no te quiere tu abuela?
Si es eso lo que tu quieres
y con tanto ardor deseas,
puedes salir a los bailes,
puedes pintarte las cejas,
te puedes rapar el pelo
y sobarte con quien quieras...
¡Pero esperate un poquito
a que se muera tu abuela!
Qué mis ojos no contemplen 
tu figura deshonesta.

Haz caso de mi consejo,
porque te quiero de veras.
Por ser hija de mi hija
y porque eres muy buena,
es por lo que yo quisiera
que te parezcas a ella.

Qué tenía veinte años
y tenía la inocencia
de una chiquilla de cinco
sin maldades ni reservas.

Siempre feliz y dichosa,
sin depresiones ni penas,
sin tener más diversiones
que las que les dio tu abuela,
ni ponerse más adornos
que su carne de azucena.

¡Jamás enseñó sus brazos
ni nadie le vio las piernas!
Jamás permitió en su vida
que le cortaran las trenzas,
nunca se pintó los labios
y los tenía como fresas.

No se repinto los ojos
ni se repelo las cejas
y era la envidia del pueblo
su sencillez y belleza,
pues se morían los mozos
cuando salía por verla.

Por eso quiero criarte
igual que se crió ella,
inocente a las maldades
de esta vida traicionera.

¡No quieras volverte lirio
siendo una blanca azucena!
¡No corrompas tu blancura!
¡No te empañes la pureza!

Deja que pase la vida
sin preocuparte por ella,
sin envidiar a tus amigas...
¡Tú disfruta con tu abuela!

Aprendete mi consejo,
repasate mi respuesta,
y encontrarás el motivo
de tenerte tan sujeta.

El día que seas casada, 
si tienes hijas solteras,
ya verás como comprendes
los consejos de tu abuela. 

(pg. 84-95 de mi libro RECUERDOS 2)
Mi abuela murió de apendicitis perforada a los 93 años, su mente estaba llena de lucidez y vitalidad, fue una muerte repentina, al ir a levantarse por la mañana le dio un vahído, le dijo a mi madre "dame un beso que me parece que me voy" se desmayó y no despertó del desmayo.
Mi abuela fue un ser excepcional al que la vida le sacudió demasiado fuerte, sin embargo su sensibilidad jamás se vio mermada, amaba la poesía y recitaba de memoria unos romances preciosos y sentidos que sembraron en mí la afición para siempre, tocaba las castañuelas con una gran maestría, cosa que hacía muy de vez en cuando, porque según ella, "la alegría se había escapado de su alma desde hacía años" 
Era razonable que dijera esto, ya que cuando tenía 18 años perdió a su primer amor en un accidente, cuando tenía 20 años perdió a su madre víctima de un ataque al corazón, cuando tenía 22 años se suicidó su padre, se casó con 24 con un primo hermano, mi abuelo enfermó de reúma y estaba casi inválido, esto no le impidió engendrar hijos, tuvieron nueve; de estos hijos tuvo que enterrar a cinco antes de morir ella, sufrió una guerra civil llena de dificultades y además afrontó con valentía multitud de problemas familiares que le fueron restando satisfacciones y alegrías diariamente; sin embargo siempre tuvo unas frases agradables para quien buscaba su consejo, nunca la vi decaer y cuando alguien le contábamos un problema siempre decía, "lo que se puede arreglar con dinero no es problema, y por lo que no se puede arreglar no hay que preocuparse"
Mi abuela valoraba mucho la amistad y se que hoy estaría disfrutando si pudiese ver estas pequeñas anotaciones que hoy le dedico en su memoria. 
              ETERNIDAD
Un recuerdo, una emoción
se abraza en el corazón.
Contraluz de eternidad
roble de fraternidad.
Una mujer, un portento
de cariño y sentimiento.
Sus años de cal y arena,
cargas de sal y de pena.
Nueve frutos, nueve lutos,
y de sus senos enjutos
se desprendía el calor
porque anidaba el amor.
Su tiempo a mí me conmueve,
fueron más de ochenta y nueve.
Y el reloj que la guiaba
en vez de sonar andaba
con sonidos de relieve.
Su cabeza, blanca nieve,
sin rayos de sol brillaba
y el dolor se dibujaba
con débil fulgor de estrella.
El tiempo dejó su huella
engarzada en su sonrisa.
Un día se fue sin prisa
en vendaval de dolor,
pero al ser eterna flor
de un perfume que destella,
tuvo una vejez muy bella...
¡¡Fue musa de un trovador!!
en esta foto estoy con mi abuela, es una lastima que en aquellos tiempos no hubiese los avances tecnológicos de ahora para poder inmortalizar imágenes y recuerdos, en aquellos años España estaba en plena posguerra y las posibilidades de la clase obrera estaban demasiado mermadas, sin embargo ella se las apañaba siempre para que no faltara nada en casa, aquí se puede ver mi carita de cinco años resplandeciente de salud y feliz con una muñeca. 
Aquí en esta foto estoy con mi madre y con mi abuela, ella fue siempre el soporte de mi madre y mío, yo nací casa de mi abuela y salí de allí para casarme, nunca me faltó de nada junto a ella, su mano tendida a todas las dificultades familiares era el asidero fuerte para vadear escollos.
Con mi abuela y mi madre el día de mi primera comunión.

                                              Granada Sandoval.