domingo, 1 de julio de 2012

FUENTE DE SANTA TERESA .


FUENTE DE SANTA TERESA.

(Corbera 1987)

Era una tarde limpia, celeste como el alba
donde fui caminando perdida en la montaña.
El corazón cansado de rígida a maestranza
por la ciudad impura buscaba brisa cálida.
Caminaba en silencio cargada de romanza
mi pecho era suspiro que en la quietud callaba.
La tarde estaba pura, primaveral y clara,
adormecida, silente, ternura arrobada.
Yo andaba en desacuerdo con las cosas del alma
rota en caminos agrios de una inquietud cercana.
La paz de aquel momento se me abrazó liviana
mimosa de sonidos ebrios de lunas blancas.
Allí ningún ruido de agresión me sonaba.
Todo era paz y silencio, el pulmón respiraba
recodos del camino, hierva tierna verde y blanda.
Se me enredó en los ojos la tierra que pisaba
como una alfombra hecha de brisa perfumada.
Me invadía una ternura sutil y arromanzada
de místicos ideales y cálidas palabras
que el rumor de los trinos, el murmullo en las aguas,
eran trémolos del aire como de rosas cálidas…
¡Qué bello estaba todo en aquella tarde clara!
El cielo era un espejo sobre mi cara pálida.
¡Qué linda aquella fuente de tierras catalanas…!
Y yo…
¡Qué cosa tan pequeña! ¡Qué alma tan cansada!