jueves, 12 de julio de 2012

EL OASIS DE UN POETA



  

Vaya este poema con un cariñoso recuerdo dedicado a todos los habitantes de las Cuevas del Campo, pueblo donde nací y viví hasta los catorce años.
En las cuevas del Campo se quedaron mis recuerdos adolescentes y el sabor inolvidable de mi despertar al amor, la vida me arrastro hacía otras tierras pero mi alma se quedó enganchada al recuerdo de sus paisajes y el armonioso latido en el corazón de sus gentes.
Tengo toda una vida vivida lejos de mi pueblo pero ni un solo día he dejado de añorar los pocos años que disfruté al abrigo inmaculado del amor familiar en la última cueva que hay en el barrio del Gorrión “La cueva del tio “cojillo”en esa cueva desperté a la vida y en ella están mis mejores recuerdos para los que me dieron todo el amor que otros me quitaron, mi abuela “La tía Encarnación la “cojilla” y mi tío Antonio Santander.

EL OASIS DE UN POETA
 

Estoy a solas conmigo

sin más alas que un suspiro,
sin más sonido que el viento
como único testigo.

A solas voy, tristemente,
con el corazón tranquilo
atento tan solamente
al ritmo de sus latidos.

Bajo mis pasos cansados
va la cinta de un camino.
pedregal de tierra ocre
donde florecen los lirios.

Los árboles se entretienen
con el viento envejecido
mientras mí cuerpo da sombra
a la sombra de un olivo.

Es un otoño cualquiera.
Uno más, que me ha traído
un ramo de versos nuevos
que brotan como un latido.

Resbalando por los ojos
llevo el génesis de un río
por dos vertientes marcadas
que ya nacieron conmigo.

Recogido en soledades
llevo un ramo de jacintos
hechos de seda indefensa
y de perfumes dormidos.

El corazón va despierto
en su compás oprimido
con la lluvia de cadencias
que voy dejando en un libro.

¡Gracias Señor!, Por dejarme
ser cantora en los caminos
y por no darme más cruces
de soledad y martirios.

¡Gracias!, Por darme la esencia
de la luz con la que escribo
y por dejar que mi alma
tenga éste Oasis de alivio.

¡Gracias por mis soledades!
¡Por las horas que respiro
y por el caudal de auroras
que van guiando mi sino!

¡Gracias Señor!, ¡Muchas gracias!
Por poner en mi camino
la luz de los sentimientos
y el calor de los amigos!

¡Dios! ¡Te debo tantas cosas!
¡Tengo tanto recibido!
Pasar y no darte gracias
no es de pecho agradecido.

Por eso, vaya este canto
tras del eslabón perdido
y que me tengas presente
cuando me llames contigo.

3-3-03. L` Hospitalét.  (Barcelona)

2 comentarios:

  1. Emocionante tú canto, eres un ángel y ese pueblo tiene suerte de tenerte.

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