viernes, 8 de abril de 2011

YA SOY UNA GAVIOTA



He vivido siempre entre la luz del amor y la palabra.
De allí he recogido fuerzas para decir mi repulsa
hacia el engaño…¡Mi voz siempre huyó de la injusticia!
Solo he estado tranquila cuando he luchado
contra la maldad que se extiende por la vida.
Nunca bajé la guardia, mi deseo fue poner al inocente
en el pabellón más alto del amor y la justicia.
Solo he buscado la paz, ¿Es pedir demasiado
a esos que viviendo en la cumbre entierran
en arenas desérticas los derechos del hombre?
Creo que no… pero mi esfuerzo se fue quedando al aire
porque  llegó un día que dejó de ser yo para ser solo silencio.
Se me fueron achicando los sueños conforme me hice mayor.
Dejé atrás los anhelos para ser fuerza en los hijos.
La vida se me enredó como un redondel sin horas.
Me acostumbré a no pedir nada, a ser solo suspiro,
Una sombra sin palabra porque me llegó el invierno…
En el mapa de mis carnes tengo escrito un libro
que cerrando los ojos se puede leer con los dedos.
Un día buscando entre las hojas de su tiempo
descubrí que se me había olvidado gravar en el los
sueños y entonces me convertí en gaviota.
Un albatros, que en cualquier momento se irá por los
Aires en busca de mares azules y caminos sin regreso.