miércoles, 5 de junio de 2013

CARTAS DE AMOR A FEDERÍCO GARCÍA LORCA




CARTAS DE AMOR A FEDERICO GARCÍA LORCA
de Granada Sandoval.

(picar en el vídeo para leer con música)
INTRODUCCIÓN
Me gustaría poder transmitir a través de mis escritos la ternura y la emoción que me embarga en estos instantes, estoy empezando a escribir uno de los libros que más ilusión me hace.
Han sido muchas veces las que he intentado dejar constancia de mi sentimiento hacia uno de los personajes que más huella dejó en mí, el que más impacto me hizo al leerlo, el que más curiosidades despertó en mis fantasías infantiles.
Federico García Lorca, este poeta se puede decir que abarcó la mitad del tiempo que por aquel entonces dedicaba yo a la poesía.
Recuerdo que en casa de mi abuela había una particular predilección por los libros de poesía, había muchos y bastante variados, Lope de Vega, Garcilaso, Quevedo, Martínez Álvarez de Sotomayor, Machado, Góngora etc. Pero los que más me gustaban a mí eran los de Sotomayor y los de García Lorca, por Federico sentía una verdadera fascinación, Lorca llenaba por completo las exigencias de mi espíritu que ya empezaba a despuntar al sentimentalismo poético cargado de curiosidades e incertidumbres.
Tengo que confesar que la mitad de las veces me quedaba sin entender lo que se escondía tras los versos, pero no por eso se terminaba mi interés por la lectura, al contrario, recuerdo preguntarle mucho al maestro de turno por los escritos de Lorca, recuerdo estar siempre preguntando cosas o pidiendo que me explicaran lo que no entendía, de los diez a los catorce años tuve siempre un maestro que venía a darme clases a casa para reforzar un poco la escasa enseñanza que por aquel entonces se daba en los colegios nacionales, donde según mi tío Antonio, “se nos pasaba la mitad del tiempo en horas de recreo, visitas al rosario y flores a María, pero gramática apenas se nos enseñaba,” mi tío era conmigo muy exigente, como ya he comentado en otros escritos, él fue quien me enseñó a leer desde muy chiquita, con cinco años ya leía yo en los periódicos como un papagayo, él me inculcó el amor por los libros, así que él, el “maestro cojo” “el maestro de Triana” y el “maestro Prudencio” fueron los cuatro puntales donde se reforzó mi sabiduría, de los siete hasta los catorce años; hasta esas fechas estuve recibiendo clases alternativas de dichos maestros en las Cuevas del Campo hasta que me vine a Baza, en Baza ya empecé a trabajar en un taller de costura y la afición literaria continuó por mi cuenta y en secreto.
Del maestro Prudencio recibí pocas explicaciones, se ve que le tiraba poco las cosas de Lorca porque se limitaba a escucharme y decir “No te compliques con “ese” que es “raro” y escribe “raro”, con aquellas explicaciones poco podía adelantar en mis investigaciones, pero si aumentaba mi interés por desliar las “rarezas” de aquel hombre al que se ensalzaba en secreto y se criticaba en publico, precisamente por eso yo me adentraba por sus libros con el ansia de descubrir las dudas que se abrían ante estas actitudes, Leer a Lorca  era para mí un desafío.
Yo tenía doce años cuando murió el maestro Prudencio, entonces me daba clases el maestro de Triana, con él pasé muy buenos ratos pues era un forofo de Álvarez de Sotomayor, se sabía de memoria un montón de poemas y disfrutaba como un loco recitándolos, recuerdo a mi abuela embobada escuchando y yo muerta de envidia haciendo preguntas, me aprendí varios poemas de este autor y empecé en secreto a escribir mis primeros versos.
Luego este maestro se marcho de Cuevas del Campo y empecé a tomar lecciones con el “maestro cojo” le llamo así porque en los pueblos lo que perdura es el apodo y este hombre le debía el suyo a la poliomielitis, nunca supe su nombre porque yo siempre le decía maestro para dirigirme a él, era cuñado del otro, algo mayor y más serio, a mi parecer bastante más preparado, sus clases eran duras, exigentes, todo cuanto me enseñó perdura en mí como grabado a fuego porque me hacía repetirlo de memoria hasta que consideraba que lo tenía todo bien aprendido.
Este maestro fue quien más me ayudó en mis investigaciones lorquianas, él me enseñó el significado de la metáfora, los simbolismos y sobre todo la métrica, me inculcó el ritmo musical y me enseñó a medir la cadencia del verso, después me vine a Baza y perdí el contacto con él, alguien me dijo que había emigrado a Barcelona.
                                                                           Granada Sandoval

Estos sonetos pertenecen a mi libro titulado CARTAS DE AMOR A FEDERICO GARCÍA LORCA, los tres fueron galardonados con el primer premio de poesía el año 1986 en el certamen de poesía del centro cultural Federico García Lorca de Barcelona.
Hoy deseo compartirlo con ustedes en memoria del poeta que nació el 5-6-1898

A FEDERICO GARCÍA LORCA
CARTA 1ª


Esta carta, que tiene semejanza
a una aguja que pierde su acerico,
hoy quisiera pintarle a Federico
un soneto medido en su balanza.

Tengo el pecho cosido por la lanza

oxidada en un sueño que edifico
¡Mil leones van oliendo con su hocico
esperando llenar de mí su panza!

Tengo el alma anegada de erosiones.

La carne flagelada por sicarios
y el cielo requebrado en nubarrones.

Me persiguen los buitres milenarios

sin darme tregua, sin ley, sin razones
para que pase no uno… ¡Mil calvarios!
 CARTA 2ª

He preguntado, y nadie me responde,

quiero saber, ¿tu verso donde alcanza?
Voy rogándole al verso que me ahonde
hasta el límite azul de la romanza.

Quisiera saber ahora, cuando y donde

está tu verso amargo de esperanza,
inacabado, mustio, ¿Qué lo esconde?
¿Quién puso el nivel a tu balanza?

¿En qué tamiz o brizna que transita

está tu sentimiento y tu semilla
después de ahogar el verso de tu boca?

¿En qué lugar gravado de la orilla,

hermosa y milenaria estalactita
está tu verso inserto entre la roca?
CARTA 3ª

¿Dónde quedó tu dardo sepultado?

¿Dónde está tu razón y ensambladura?
¿Dónde estará tu tarde verde oscura
y el sueño de tu amor tornasolado?

¡Se te quebró en el pecho destrozado

por el negro trigal de la locura!
¡Un sayón puso luto a la ternura
dando un tiro al verso enamorado!

Hoy pregunto al tiempo en un soneto

contemplando que te cubren de aureola
los que fueron verdugos, ya concreto,

¿Cuántas veces se hará, qué a un alma sola

que se atreve a soñar y a  ser discreto
lo maltraten a punta de pistola?

  Granada Sandoval.

BUSCANDO A FEDERICO

Una mañana de agosto
puse alfileres al alba.
Fui repasando injusticias
por las tierras de Granada.
Conmigo iba el recuerdo
amor de una niña amarga.
Cruzando vi por el río
su sombra desconsolada.
El verano, ya maduro
me regalaba hojarasca.
Yo puse por los caminos
mis penas a buscar marcas
de los pasos de un poeta
asesinado en Granada.
Lágrimas de compañera
corrieron por la vaguada.
Encontré huellas perdidas
y prosas abandonadas
y un campo frío y pajizo
como el poeta cantaba.
Un campo solo y amargo
igual que su niña amarga.
De las piedras del camino
unos poemas gritaban
¿A dónde está Federico
que nos dejó abandonadas?
¡Si lo ves, dile que venga,
que despierte a su guitarra!
¡Dile, que por las riberas
sus poemas van sonámbulas
buscando a su pluma alegre
para que les ponga alas!
Dile también, que los juncos
se están bebiendo las lágrimas
que lloran arrepentidos
los ojos de su Granada.
Yo suspiraba escuchando
un guirigay de palabras,
eran chopos granadinos
Que en la brisa musitaban
¡Federico... Federico…!
Escuche dentro del alma
un suspiro y un secreto
que la tierra me contaba...
-Amiga, si hubieses visto
la noche que lo llevaban
arrastrando su calvario
sin más testigo que el alba.
Si hubieses visto aquel día
cuando él me regalaba
las amapolas del pecho...
¡Me las bebí como el agua!
Se me ha muerto mucha gente
De sangre tengo montañas
pero no tengo una sangre
más poética y más clara.
Se me ha formado un poema
con ella aquí en mis entrañas
que es igual que una paloma
guardando una rosa grana.
¡Que nadie intente quitarme
este tesoro del alma,
este poema postrero
del poeta de Granada..!
Yo me callé con respeto
aumenté un poquito el agua
y me quedé repasando
la injusticia de Granada.
                                                                   
                                                Granada Sandoval

 CANTO A GRANADA

Granada, “Mora y sultana”.
que a fuerza de ser coqueta
pasa de sultana a reina
al ser musa de poeta.
Gitana, sultana o reina
cristiana, roble o encina
¡Déjame en el embeleso
de escuchar tu “granaina”.

Una hermosa voz cantando una "Granaina" que llega al alma.

                                 ROCÍO JURADO.
                             (picar vídeo para escucharla)

Y otro de los más grandes para dar  los quiebros de voz en la "media Granaina" 
                    Dº ANTONIO CHACÓN
                                         (picar vídeo para escucharlo)
"Buscar los huellas de Federíco ha sido altamente difícil hasta ahora, hay un muro de incógnitas detrás de este poeta que tardaremos mucho en traspasarlo si es que alguna vez se traspasa" Así se expresaba Daniel Melgarejo, uno de los amigos de mi tío Antonio Santander cuando se reunían en mi casa en largas tertulias literarias. 
Los tres, mi tío, Daniel Melgarejo y DºFrancisco, "El cura pita" como se le llamaba con cariño en las Cuevas del Campo, eran asiduos en aquellas reuniones de grandes aficionado al ajedrez y a la literatura, todos los viernes por la noche cuando mi tío cerraba el bar se reunían allí para jugar una partida o charlar un rato, a veces también  venía él medico, Dº Eduardo García Chicano Fernández y otro señor del río de Zujar que le apodaban el "Peribán" todos eran asiduos a aquellas veladas interminables donde abundaba el buen vino y las tapas aderezadas por el bien hacer culinario de mi abuela, eran reuniones apetecidas por todos ellos, casi ninguno solía faltar a la cita, recuerdo que después de jugar la partida se enzarzaban en largas conversaciones de política o sociales, mi abuela y yo nos manteníamos al margen, ella enfrascada en sus labores de punto y en espera por si mi tío solicitaba algo,  y yo prestando toda mi atención porque de aquellas largas tertulias aprendí muchísimas cosas.
Allí se despertaron muchos de los retos literarios que me han acosado siempre y me replantee investigar a fondo las dudas misteriosas que se encerraban detrás de la muerte del poeta.
La poesía latía por mis pulsos, ya había hecho mis primeros versos, había leído bastantes cosas de Lorca y sacado mis propias conjeturas, por supuesto desvaída e incompletas, ya que se basaban en las palabras del maestro Prudencio, "No te compliques con ese que escribe "raro" y es "raro" esas frases fueron la espoleta que disparó mis curiosidades provocando todas mis atenciones, tenía que saber a que se referían esas rarezas, así que desplegando toda la perspicacia que era capaz por aquel entonces, en aquellas tertulia empecé a descubrir el doble sentido personal que envolvía al poeta. 
He de confesar que tuvieron que pasar muchos años, se tuvieron que abrir muchisimo más las puertas de mi razonamiento para que yo pudiera alcanzar un mínimo de comprensión en la disparatada injusticia que se cometió con este hombre.
 (Continuará, esto es una breve semblanza del libro Cartas de Amor a Federico García Lorca)

TAN SOLO POR SER POETA.

Por entre la sombra, sombra
canción, de canción discreta
en aro de oro y cintura
con perfumes de violeta.

Brisa de pistola y luna.
Sueños de enagua encubierta
por amor de “Amor oscuro”
y dolor de vena abierta.

Quiso rasgar la cortina
con voz de espada y ballesta
picando en los muros grises
de la laguna siniestra.

¡Hay que cerrarle los ojos!
¡Hay cerrarle la puerta!
¡Hay que apagarle la luna!
¡Hay que cortarle la lengua!

Un sayón frío y absurdo
con galón de pandereta
quiso ser dios de justicia
en su ley analfabeta.

Y en una noche de lobos
sin más dios que la escopeta,
“¡Le pegaré cuatro tiros
Por maricón al poeta!”

Granada, callada y sola
ni sufre ni se avergüenza
de haber dejado sin flores
la flor de la inteligencia.





EN ESTE ENLACE DE ABAJO PUEDEN ENCONTRAR UN ANÁLISIS QUE HICE YO SOBRE EL POEMA DE LORCA "LA MONJA GITANA" 


(PICAR AQUÍ PARA VERLO)

http://esperanzasandoval.blogspot.com.es/2011/10/radiografia-de-un-poema-analisis-del.html
                                                               Granada Sandoval.

Si por los arcos del puente
el alba te ofrece nada,
si te agobia la corriente
y el pecho te huele a espada
recoge el blanco sudario
hecho de juncia en Granada.
Un fuerte olor de metralla,
quemazón de sangre, ensancha
el camino hacía las cumbres
entre la nieve y la escarcha.
La subida, un hombre solo,
va evadiendo la avalancha
de mastines que lograron
formar camino en la laja.
Lorca, cortando mansiegas
va formando su mortaja...
¡Se olvidó que los peligros
de las cumbres siempre bajan!
                           Granada Sandoval  23-7-1993
Aquí la caligrafía de Federico, algunos  de sus dibujos y su rubrica.