GRANADA SANDOVAL
LA UNA
sonando en noches sin alma con un golpe nada más.
Dicen que es hora de brujas, hora que obliga a pensar.
Sentencia de golpe seco con signo de oscuridad.
Todo nace y todo muere con ansia de emparejar…
¡Pero la una es la una, sola con su soledad!
¡Qué sola vas
Soledad por la soledad del río,
En un amor sin medida
Corazón de mi niña
Hay un suspiro amarillo
entre las sedas del alba
que corta como un cuchillo
los arrecifes del alma.
recoge la maldición
porque al obrar tan ligero
¿Cómo te voy a sacar
Otra vez, Señor, a solas con este volcán de versos
En mis noches largas, cuando la soledad se hace desierto
De nuevo se rompió el espejo de amatista.
SI DESEAS LEER CON MÚSICA PICA EN EL VÍDEO DE ABAJO Y PODRÁS DISFRUTAR DE ELLA.
MUCHAS GRACIAS POR TU VISITA
La hora más solitaria con nombre
individual
sonando en noches sin alma con un golpe nada más.
Dicen que es hora de brujas, hora que obliga a pensar.
Sentencia de golpe seco con signo de oscuridad.
Todo nace y todo muere con ansia de emparejar…
¡Pero la una es la una, sola con su soledad!
12-11- 2017
Granada
Sandoval.
Granada
Sandoval.
SOLEDAD
tan solo llevas tus pasos caminando
por el frío!
Granada
Sandoval
“En silencio, el corazón sabe los
secretos de las noches y los días, pero nuestros oídos ansían escuchar el eco de nuestro
conocimiento, y quiere oír lo que siente el corazón y escuchar con palabras lo
que siempre supimos con el pensamiento!
Gibrán Jalil
Gibrán
(Del conocimiento de uno mismo.) (
Libro “El profeta” página 60)
DEDICO ESTE LIBRO A MI MADRE ESPERANZA
SANTANDER
Que sintió el desamor y el abandono
como nadie.
Con este libro quiero rendirle
homenaje dándole gracias por su valentía, por su abnegación y por el sacrificio
que representó para ella la responsabilidad de ser madre enfrentándose a críticas y desprecios en unos
tiempos donde era una deshonra ser abandonada por el marido, todas las culpas descargabán sobre la mujer, además de tener que criar a los hijos sin padre, debía enfrentarse a una sociedad
machista y desconsiderada.
El hombre dejaba mujer e hijos y era disculpado con la mayor de las injusticias, "menuda pieza estará hecha la mujer cuando el pobre se ha tenido que ir" o "seguro que ella es una marimacho y le ha sido al imposible vivir con ella."
El hombre dejaba mujer e hijos y era disculpado con la mayor de las injusticias, "menuda pieza estará hecha la mujer cuando el pobre se ha tenido que ir" o "seguro que ella es una marimacho y le ha sido al imposible vivir con ella."
Mi padre fue una página amarga en la
historia de mi madre que solo merece una escasa mención por no escarbar en las heridas
que dejó en mi niñez traumatizada, ni en los dolores del alma que sufrió mi
madre, ella quedó tan dolorida que no supo reaccionar ni abrirse a nuevas experiencias después de
haberlo conocido a él.
Quiero tener también un tierno
recuerdo para mi hermana Expectación, que murió con veintidós meses, ella fue
una ráfaga de luz que pasó por mi infancia sin darme tiempo a disfrutarla pero
dejando el esbozo de algo precioso y el recuerdo imborrable de una suavidad
infinita.
A esta criaturita no la quiso
reconocer mi padre, fue mi abuelo, Gregorio Santander Sandoval, quien le dio
los apellidos, mi hermanilla constaba en el registro civil como hermana de mi
madre. (Siempre he pensado que el apellido de mi padre me pesa como un lastre,
pienso que lo tengo por casualidad) Yo me crié con mis abuelos maternos, mi
padre apenas estuvo unos meses con mi madre, la abandonó por otra mujer,
después volvió de segundas cuando yo tenía un año, dejó a mi madre de nuevo
embarazada y se volvió a marchar, a la niña que nació mi padre se negó a darle
sus apellidos entonces mi abuelo materno Gregorio Santander Sandoval la adoptó,
se llamaba Expectación Santander Martinez pasando a ser así como hermana de mi
madre.
(Lo del apellido Martínez es una
curiosa coincidencia ya que el padre de mi padre se llamaba Manuel Martínez
Martínez y la madre de mi madre Encarnación Martínez Martínez y no eran
familia, por eso yo tengo invertido el apellido con mi madre, ella era
Esperanza Santander Martínez y yo Esperanza Martínez Santander.
Como iba diciendo mi padre se marchó para siempre, no volvió acordarse
más de nosotras, desde luego que la vida tampoco le dejó margen ya que murió
con veintinueve años, según dicen anduvo en malos pasos con diferentes mujeres,
murió a los veintinueve años abandonado de su familia en un hospital de Huelva
tuberculoso y sifilítico, (Esto no puedo asegurarlo ya que ha llegado a mi por
comentarios ajenos a la familia)
No me siento capaz de juzgar a nadie
y mucho menos a él, pero si en algo vale lo que escribo, repito lo que dije en
la primera antología que publiqué, no
quiero que sea el apellido de mi padre el que conste, por eso he adoptado el
segundo apellido de mi abuelo materno, Sandoval, y firmaré con el siempre, como
homenaje al único padre que me dio amor y todo lo que necesité en la vida.
¡Además creo que así me igualo más a mi hermana!
Todo el calvario de mi madre empieza un frío mes de enero de 1938 cuando se unió a mi padre.
(Empecé a escribir este libro en 1959)
Angustia implacable en el silencio,
animadversión hacia lo real, insomnio ante lo imposible, latitud imprecisa, contacto
improvisado, placer inexpresivo, plenitud equivocada, capitulación incorrecta,
constancia ante lo inaudito, emancipación e irrealidades, anulación de fantasías,
imaginación desfigurada, deseos sin libertades, eternidad sin destino por mar
de contrariedades y por el río sin retorno un mundo de oscuridades.
Por eso… ¿Qué puedo decir de ti
alma mía, qué puedo decir de ti que vas navegando a la deriva por este pedregal
de errores que arranca desde el rincón más íntimo de mi existencia.
¿Qué puedo decir en tu defensa? ¿Cómo
decir que en cobardías, tú y yo dejamos correr los años perdidos entre
ignorancias?
¿A quién hacer responsable de
nuestros fracasos?
¿A quién culpar en la agonía de tu
impotencia y la mía?
Voces, imágenes, ruidos… Todo me es
extraño, todo incierto, todo es un laberinto de agonía que no me deja un
descanso en esta vida vacía.
¿Quién soy yo?¿De dónde vengo?
He llegado a esta vida sin ser
deseada, nadie reclamo mi vida, llegué sin ser buscada, un accidente absurdo me
dejo en este lago de incertidumbre, esta laguna morada de soledad en la sombra.
Hoy me gustaría paralizar el mundo,
derretir los hielos, paralizar el aire, detenerlo todo aunque solo fuese un
instante hasta llegar al momento en el que yo me cuaje en el vientre de mi
madre.
Quisiera detenerme allí desnuda
como una estrella en el agua de un estanque, ser la esencia de un reflejo
primigenio de ternura para modelar mi imagen.
Quién pudiera, ¡Ay Dios! ¡Quién
pudiera ser un pálpito de sangre sobre mis dedos pequeños sobre mis dedos de antes para nacer
risa fresca y entre mis labios del hambre libar pan del pan eterno en el seno
de mi madre!
Cuando el silencio se extiende por
la noche ahogando murmullos, cuando el viento resbala jugando por los
jazmineros y los dondiegos, cuando los galanes de noche impregnan con su aroma
caminos y nostalgias mi corazón, reliquia solitaria, se llena de colmillos
devorando horas en soledad, se va comiendo suspiros proyecto e ilusiones
mientras consume el tiempo en desnudar el alma y esta le responde entre
desprecios, ¡Vaya mierda de vida te regalaron en su día los que jugaron a ser
tus padres!
ESPERANZA
En un amor sin medida
Suele pasar lo que pasa
que dos, se beben a un tiempo
el tiempo, corcel de plata.
Y en el paladar de un beso.
hay una rosa escarlata,
capricho de los amantes
sin medir tiempo ni alma,
se aman, porque son de fuego
sus carnes sobre la cama.
Fuera en la calle, cuchillos,
estiletes de palabras,
hieren porque nunca amaron…
¡Quien nada siente mal habla!
DESAMOR
Nunca en el puente
del alma
pudo haber tanto
dolor
asomándose al abismo
que da la
desilusión.
Jamás habrá un
desamparo
ni una pena, ni un
dolor
abrazándose a una
pena
como la que siento
yo.
Tú me ofreciste un
día
un oasis de pasión
con dos puertas a la
vida
y mil puertas al
amor.
¡Todo se quedó en
promesa!
Promesa de fanfarrón
que no sabe de
cariño
y desconoce el
honor.
Yo era paloma zurita
y tú, palomo ladrón
aprovechando el
descuido
para hacérme una
traición.
Yo te entregué las
primicia
de mis naranjos en
flor
y tú borraste la
huella
de su tersura y
olor.
Pero te digo una
cosa
por si acaso existe
Dios,
en el jardín de
mi vida
creció preciosa una
flor,
tu esencia quedó en
mi cuerpo
muy junto a mi corazón
y cada tarde le
canto
cuando se marchita
el sol.
Na na.
Corazón de mi niña
cariño herido
¡En el canal de mi
pecho
tienes tu nido!
Tallo de hierbabuena
verde amarilla
el azahar se me
duerme
con mi chiquilla.
Caracolas de leche
miel y acerolas
por mi sangre
florecen
las amapolas
¡Qué importa si se
ha marchado
el amor tirano
si la esencia de su
vida
quedó en mi mano.
Hay un suspiro amarillo
entre las sedas del alba
que corta como un cuchillo
los arrecifes del alma.
Hay un árabe en mi sangre
y un alfanje en mi mirada
y un poeta que me avisa
cuando el amor se me acaba.
Ya no siento tus silencios
en las ráfagas del ansia
ni siento las sacudida
que tu contacto me daba.
Ya tengo horas de olvido
Por un camino de aulaga
y es que el corazón me avisa
de que tu amor se me acaba.
Entre tu amor y mi amor
hay un desierto de arena
cubierto por el silencio
y anegado por la pena.
Tu imagen se ha suspendido
en un espacio sin tiempo
que no diré que lo tuve
ni tampoco que lo siento.
Tu rostro quedó enganchado
en las zarzas del olvido
yo me quedé los pedazos
de un sueño no compartido.
Nadie me puede decir
que el tiempo todo lo cura
porque no tengo en el alma
ni rencores, ni amargura.
Ya pueden pasar los años
igual que un reloj de arena
¡Qué entre tu amor y mi amor
solo vivirá la pena!
( "Trigal" obra de la pintora Mª Pilar Gómez de Miguel)
TRIGAL TEMPRANO
Secos están los rastrojos
en los campos de mi frente
y labradas las vertientes
por el llanto de mis ojos.
Con los luceros del alba
se podían comparar
el cuidado que le daba
a mi campo y su trigal.
Maduró tan ternajón
que al cogerlo extraña mano
murió como un cerrajón
mustio de un aire solano.
Las espigas que tenía
que de ilusión reventaban
secas le fueron pisadas
en una lenta agonía.
Aquel trigal tan temprano
que fue sembrado a destajo
mala siembra y mal trabajo
fue convertido en secano
Y sigue de secanar
mal tenido y mal labrado
y hoy es pájaro asustado
que no se atreve a volar.
Es igual que un socavón
lleno de mala semilla
que a cada paso mancilla
los ecos de una canción.
"¡Tierra sana fresca y fuerte
que ligera te entregaste
y al darte no preguntaste
a quien se atrevió a cogerte
recoge la maldición
del peso de tus errores
y no esperes más favores
que los de tu corazón.
porque al obrar tan ligero
sin medirte en tu valía
aguanta con la agonía
que da el amor traicionero"
QUE TE SAQUÉ DE MI VIDA
Que te saqué de mi vida
dicen al verme pasar.
¡Qué pobre gente la gente
que se atreve a
criticar!
¿Cómo te voy a sacar
de un sitio que
nunca entraste?
¡Tú, a fuerza de no
ser nada
ni la sombra me
dejaste!
DISTANCIA
Un día el viento me llevará muy
lejos.
Tan lejos que no podrás alcanzarme,
entonces llorarás los años perdidos
los desdenes, el silencio de dolor desesperado
¡Los desprecios recibidos!
¡Los besos que no me has dado!
¡Los besos que no me has dado!
MI ERROR
Mi error estuvo en pensar
que estarías ahí.
Pensar que entre los dos
no habría dudas.
Pensar que todo era llano.
Que no había lagunas.
Mi error estuvo en no ver
la oscuridad del abismo
sin brillo, sin luz, sin luna
sin egoísmo.
Mi error estuvo en pensar
que lo imposible
adornado de promesas
sería posible.
Mi error estuvo.....
Estuvo en cerrar los ojos...
en no mirarnos,
dejando pasar el tiempo
sin aclararnos.
Mi error estuvo en negarme
la valentía
para gritarle al mundo
que me mentías.
¡Mi error se quedó perdido
por la memoria
sin saber gritarle a todos
tu falsa historia!
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UNA TRISTE MUJER
Entre el ayer y el ahora
un presente de agonía.
Unos labios embusteros
¡Temores e hipocresía!
Entre el hoy y el mañana
hay un mundo de rencor
un entorno dislocado
y un corazón sin valor.
Entre mañana y ayer
hay un abismo en el alma
un nunca saber qué hacer
por no conocer la calma.
Entre
presente y pasado
una mujer resentida
por un triste atardecer.
Un corazón, una herida
con dos orquídeas de sangre
para una triste mujer.
¿Quién pudo ser el culpable?
¡ Difícil de comprender!
UNA MUÑECA ROTA
Yo me abracé a tu vida
con una niñez de sombra
en la cruz de aquel camino
de una noches silenciosa.
Fuimos sellos sin misiva
en la espiga de una ola
donde tu vida y la mía
fue tormenta que confronta.
No hubo faro que alumbrara
A un barco en plena zozobra
pasando en noches sin luna
por una mar escabrosa.
Fuimos náufragos sin rumbo
chocando contra la roca
en arrecife perdido
y tarquín de caracola.
Tiempo amargo, tiempo oscuro
por donde luchando sola
me enteré de la agonía
de mi alma silenciosa.
Tú marchaste una tarde
igual que se va una ola
dejándome por la orilla
como una muñeca rota.
Pero a pesar de la arena
de tu tormenta traidora
me transforme en madre perla
refugiándome en la sombra
y allí poquito a poquito
protegida por la concha
¡Pude cuajar en mi pecho
Brillo de perla preciosa!
Jugo de retama verde
son las gotas que derrama
mi corazón, cuando llama
y en tus silencios se pierde.
Entre tus brazos busqué
amor que en mi ser vibraba
para una niña que estaba
en sazón, sin madurez.
Me quise sentir mujer
y a tu brazos me entregaba
sin saber que me esperaba
la amargura de la hiel.
¡Qué dolor! ¡Qué desventura
me dejó tu piel amarga
por esta senda tan larga
de la cruz de la amargura!
Mi ceguera fue hasta ti
como paloma zurita
bajo una luna maldita
y el hechizo de un zahorí.
Noche de besos perdidos
entre promesas de engaños
que me marcaron los años
por los besos recibidos.
Tu paso por mi ceguera
fue un vendaval de agonía
negro de noche y de día
como una bruja agorera.
Segaste mi juventud
jugo de amor que se pierde
como la retama verde
que se llevo mi virtud.
COMO LA RETAMA VERDE
Jugo de retama verde
son las gotas que derrama
mi corazón, cuando llama
y en tus silencios se pierde.
Entre tus brazos busqué
amor que en mi ser vibraba
para una niña que estaba
en sazón, sin madurez.
Me quise sentir mujer
y a tu brazos me entregaba
sin saber que me esperaba
la amargura de la hiel.
¡Qué dolor! ¡Qué desventura
me dejó tu piel amarga
por esta senda tan larga
de la cruz de la amargura!
Mi ceguera fue hasta ti
como paloma zurita
bajo una luna maldita
y el hechizo de un zahorí.
Noche de besos perdidos
entre promesas de engaños
que me marcaron los años
por los besos recibidos.
Tu paso por mi ceguera
fue un vendaval de agonía
negro de noche y de día
como una bruja agorera.
Segaste mi juventud
jugo de amor que se pierde
como la retama verde
que se llevo mi virtud.
TIEMPO SECO
Seco me viene el viento
y está tan seco
que su roce con mi carne
me suena a hueco.
Seca va la saliva
por mi garganta
aumentando la sequía
que me quebranta.
Todo lo que me toca
suena a dolido
y por doler me duele
hasta el ruido.
Los nervios son angustia
sobre mi frente
y yo, presa de locura
constantemente.
Tengo el alma tan seca
y tan desecha
que se trasforma en suspiros
como una flecha…
¡Quien vino jurando amor
me echó en olvido
y el desierto de la pena
dejó conmigo!
MI BOCA
Mi boca tiene una pena
que nunca se le ha quitado
y es que a mi boca le gusta
tener tu boca a su lado.
Pero mi boca está fría
con un dolor que le daña
por el sabor de la muerte
cuando tu boca le engaña.
¡Mi boca, que es boca loca
por quererte tanto y tanto
que la vida es un castigo
y el tiempo río de llanto!
Yo le digo, ¡Boca espera!
¡Espera, que en un momento
él vendrá con el cariño
que te sirve de alimento!
Pero se pasando el día
y tu contacto no llega
porque en otras va gastando
el beso que a mí me niega.
Y mi boca sigue loca…
¡Loca por quererte tanto!
¡Loca por seguir tu senda
en los ríos del quebranto!
RELOJ DEL TIEMPO
El tiempo, reloj ingrato
¡Qué triste pasa
resbalando por la arena
que nunca para!
Hay en las horas dormidas
tiras del alma
y heridas de incertidumbre
por la nostalgia.
Por ellas ya no pregunto
Ya no hay palabra
ni eco de discusión
desordenada.
Ya no escucho el sonido
de tu pisada
ni la timidez antigua
que me agobiaba.
No queda ni un suspiro
de rosa blanca
ni aquel perfume distinto
que delataba
el engaño clandestino
que soportaba.
Ya solo queda silencio
sobre la casa
y un frío sello de muerte
sobre la entrada.
¡Es hora de soledad
llenas de nada!
¡Nada, de nada en el cuerpo!
¿Y en el pecho...?
¡Nada...Nada...Nada!
¡Maldito reloj de arena
que no descansa ni duerme
cortando cada minuto
y en la soledad lo cierne!
Amor y luna
Caballo y brida
¡Amor que no se goza
joya perdida!
CUANDO ME VEAS LLORAR
Cuando me veas que estoy triste
porque te vas y estoy sola
llorando, ¡No te preocupes
que a mí llorar no me ahoga!
Tu vete tranquilo amor
a mentirle a otra persona
yo solo soy un juguete
Una flor decoradora.
Solo soy reina de un sueño
Con forma de caracola
que una vez durmió en la playa
y la estranguló una ola.
Solo soy un horizonte,
resplandor de luna sola
donde no llegara nunca
tu baja mar destructora.
Por eso, ¡No te preocupes!
Que el desamor, que me llora
es agua de acantilado
que ruge, ¡Pero no ahoga!
EN EL ANDÉN DE LA VIDA
A entrar contigo probé
en el andén de la vida
¡Aventura compartida
en triste sala de espera!
Quise viajar a tu lado
y retenerte a mi vera
siendo potro desbocado
que pronto se desespera.
Quise ofrecerte a mi modo
un amor recién nacido
lleno de paz y de todo
pero fue un sueño perdido.
Todo quedó en el olvido
encenagado de lodo
¡Tú eras falso a tu acomodo!
¡Yo solo un pájaro herido!
Tú
te creíste un sultán.
Señor de una gran batalla
y me lanzaste metralla
al paso de tu alazán.
Te vi como a un holgazán.
Un boquerón sin agalla
que jamás dará la talla
ni podrá ganarse el pan.
Como ves, en esta altura
Después de pasar un año
no me ha dolido el engaño
ni me pierdo en conjetura.
No duele la rozadura
De este gastado peldaño
¡Lo reforcé con estaño
a fuerza de calentura!
Hay quien piensa todavía
que yo soy vela “encendía”
con ansias de retenerte…
¡Que poco saben! Al verte
en este bendito día
pienso, ¡Mi alma está fría
para volver a tu muerte!
¿DÓNDE TE PUEDO BUSCAR?
¿Dónde te puedo buscar
si me has sellado la boca?
¿A quién puedo preguntar
que no me tomen por loca?
¿Qué falso ardor peregrino
se cruzó por nuestra vida
como un caballo sin brida
que equivoca su camino?
La noche de plenilunio
que yo bebí de tu boca
le supo a mi boca a poca
aquella tarde de junio.
Dejaste en mi cintura
una flor de desengaños
que en el paso de los años
fue aliviando mi tortura.
Dos caras de una moneda
que jugué con desventaja
¡Una consoló mi pena!
¡La otra fue mi mortaja!
Nunca me digas, ¡Te quiero!
Que tú no quieres a nadie.
Tú eres una hoja al viento
que se gira con el aire.
Ya pueden pasar los años
igual que un reloj de arena
¡Que de este amor tuyo y mío
solo quedará la pena!
PRIMER DESENGAÑO
Hoy quiero escribir un desengaño.
El primero en el alma de una niña.
Una niña que no sabe del engaño
y se ciega por amor si se encariña.
Una niña, como fruta en un jardín
sazonada de primicias y dulzores
una fruta que se mustia en el confín
cuando el alma se le colma de
dolores.
Esta niña maduró siendo muy niña,
fue espiga en granando adelantada,
fue un cebo para el ave de rapiña
que la pica y la deja destrozada.
Tropezó con galán de buen
semblante
que su tierna candidez apetecía
y la carne le ponía en un instante
como el rojo del rosal de
Alejandría.
La engalanó con las gracias del piropo
arrullando cual paloma cuando cría
diciendo que su carne, nieve en copo
con el fuego de sus labios fundiría.
Le dijo, que recogiera de sus labios
dulces frutos, su carne, esencia de manjar
sensaciones de placeres sin medida
que él tan solo le debía de enseñar
prometiendo que por ella estaba loco
y en sus brazos iba a ser su
consentida.
Muchas veces repitió poquito a poco
“Has llenado los vacíos de mi vida”
¡Falsas eran esas frases tan
dulzonas!
¡Mentiroso fue aquel hombre tan ruin!
Fue tejiendo el redil de una
encerrona
destrozando la blancura de un jazmín.
Y la niña quedó sola, abandonada
con la vida en la cintura por crecer
¡Sin embargo, con dolor, desengañada
una rosa de su carne vio a nacer!
Pasó el tiempo como el viento, todo
pasa
hasta el dolor con el tiempo se
detiene.
Más oculta en la vida va la herida
que se aviva como el fuego en una
brasa
anegando a la ilusión cuando ésta
viene.
La niña, que ya no es niña, es
dolorosa
que se muere poco a poco ante otra
niña
que se acuna protegida entre sus
brazos
¡Por si él viene como el ave de
rapiña.
TUS LÁGRIMAS
Al ver tu llanto caer
como perlas peregrinas
se avivaron las espinas
en mi alma de mujer.
Se renovaron los daños
que me regaló la vida.
Al verte, sangró la herida
que habían borrado los años.
Al sentir tus amarguras
de mujer abandonada
sentí el alma destrozada
por las mismas rozaduras.
Recordé noches oscuras
de mi madre desolada
y a mí siendo una criatura
en su pecho cobijada.
Volvieron las soledades
a chocar contra mi cara
mientras mi madre lloraba
meciéndome entre cantares.
”Flor de limón limonero
duerme y descansa
que no dejaré a la pena
entrar por casa”
”Duerme niña y no llores
al traidor que se ha ido
Que quien maltrata a las flores
no es bien nacido”
“Mis brazos son defensores
de hierro y albaricoque
para defender tu vida
de quien te toque”
“Duerme niña de azúcar,
estrella mía
que en este camino oscuro
eres mi guía”
“Tallito de limonero
duerme y descansa
que no dejaré a la pena
que venga a casa”
NOCHES DE PAPEL
En mis noches de papel
frías, solas y distantes
vienes crueles y
cortantes
aquellas frases de miel
que tú me decías antes.
Vienen doliéndome ahora
¡Amor de tiempos lejanos!
¡Amor que tuve en las
manos
paladeando a deshora!
¡Amor que mi pecho añora
en triste melancolía
por sendas de lejanía
donde la vejez me llora!
¿quién puede decirme
ahora
si te duele en la
conciencia
tu olvido y tu
inexperiencia
de alma conquistadora?
(Este poema se lo hice a
mi madre un día que me dijo, “Niña se arrepentiría alguna vez tu padre de habernos
abandonado”
Ojalá pudiéramos saberlo
madre, le conteste yo, esa pregunta me la hago yo muy a menudo, pero jamás lo
sabremos.
Mi padre abandonó a mi
madre cuando yo tenía año y medio, mi madre tenía veinte y mi padre veintidós
cuando nos dejó, mi padre murió con veintinueve y mi madre tenía ochenta cuando
me preguntó esto)
SOLA
Cuando traspasé el túnel de la vida
estaba sola.
Cuando descubrí los entresijos del sistema
estaba sola.
Sola con las ansia de mi cuerpo.
Sola con el llanto de mis ojos.
Sola con el dolor de mis huesos.
¡Sola!
Sola en la pena y en la risa.
En la incertidumbre y en el silencio.
¡Sola! ¡Siempre sola!
¡Yo sola Dios…tú muy lejos!
¡Ay Señor de los altares!
¡Dios de la vida, Señor del viento!
¿Dónde estabas cuando abriste el abanico
para regalarme el cuerpo?
Me has dado la soledad como puñal y lienzo
donde se me envuelve el alma
en el tiempo de los tiempos.
¿Por qué me hiciste añicos todo el cristal de los sueños?
¿Por qué siempre a la deriva voy como barco pesquero
intentando navegar a ciegas y a sotavento?
¿Por qué tantos vendavales?
¿Por qué, Señor en silencio me regalaste de cruz
la cruz de mi pensamiento?
la cruz de mi pensamiento?
¿Por qué, Dios? ¿Dime por qué este dolor tan inmenso…?
Señor son tantas preguntas vagando por el cerebro
que no me quedan palabras para seguir escribiendo.
Solo tengo una verdad en la raíz del silencio…
Que recuerda a Federico cuando cantaba diciendo.
“¡Amor…amor…amor y eternas soledades!”
¡Esa es la cruz de mi cuerpo
y la cruz de mis cantares!
y la cruz de mis cantares!
¡Qué seco suena el viento!
Suena tan seco
que al chocar con mi carne
restalla hueco.
Seca va la saliva
por mi garganta
y en su sequía
se va llevando la fuerza
del alma mía.
Todo lo que me siento
va resentido
y por doler me duele
hasta el olvido.
Los nervios son agujas
sobre mi frente
pinchando en las ideas
continuamente.
Resuena en mi cabeza
la ventolera
de ser sobre la vida
leña de hoguera.
¡Qué seco suena el viento!
¡Seco y terrible...!
¿Cómo darle la calma
a un imposible?
Tengo el alma cansada, tan llena de
impotencia,
que nada en este mundo la puede
consolar.
Navega a la deriva por mares de
impaciencia
desesperada y sola…¡Sole, qué sola
estás!
Es mi alma un silencio que no sabe
de horas,
son mis horas letargos de angustia
y soledad,
es mi vida un espacio cargado de
vacíos
cavernas solitarias.. ¡Sole que
sola estás!
NO
NECESITO NADA
No
necesito joyas ni riquezas, ni finos terciopelos
ni
festejos, ni sedas, no preciso regalos, ni vida enloquecida,
ni
ruido ni grandeza, solo necesito un trozo de paisaje,
una suave sonrisa un cálido contacto, el
brillo de unos ojos,
un
beso... ¡Y una caricia para seguir soñando!
Soy mujer nacida del suspiro y de la lágrima.
Nací
siendo tierra fértil, me ofrecí para que
la
vida me sembrara sinceridad y ternura.
Yo
estaba llena de sueños por el regalo de mis días…
Pero...
choqué contra el muro de las ingratitudes.
Mi
corazón, niño desnudo, estuvo a punto de reventar
lleno
de soledades por los recodos del camino.
Fue
esparciendo mi jugo de paloma por los pantanos
de
las equivocaciones, por la aridez desértica
de
los engaños ajenos…solo soy una mujer…
una
simple mujer me repetí mil veces en
silencio…
La
fuerza y la inteligencia está en los hombres…
Repetía
siempre según me acostumbraron…
Soy
una mujer sin voz…sin voz y sin ideas…
Me
convencí en silencio de ser mujer tan solo.
Entonces
me dediqué a entonar mi canto de amargura
Por
los papeles en blanco de todas las soledades!
Agonicé
sin tiempo en el lagar de las rosas sin nombre.
En
el océano inmenso de las palabras sin voz.
En
la oscura soledad de las noches eternas
Y
el agónico suplicio de ver pasar el tiempo en el olvido.
Otra vez tengo la boca llena de
jazmines y el alma llena de viento.
Otra
vez tengo los bolsillos llenos de reproches y el corazón lleno de silencio.
Otra vez, Señor, a solas con este volcán de versos
que me llenan de puñales toda la
extensión del tiempo.
Cansancio, voz y cansancio,
palabras en el desierto
que van dejando el sonido en juegos
de Maquiavelo.
Ya no llueve lluvia blanca para vestir al invierno.
Ya no llueve lluvia blanca para vestir al invierno.
Solo aire, fuego y aire, arena para
el desierto.
Pasan las horas deprisa, van a caballo del viento
Pasan las horas deprisa, van a caballo del viento
oliendo a humo y asfalto, ¡Prisa y
humo, humo y fuego!
Los perros de la jauría, como
siempre, van rugiendo
y yo de nuevo en la orilla,
¡Siempre a solas con el verso!
SOMBRAS
Sombras del atardecer
Con qué fuerza sopla el viento
dejándome el pensamiento
a punto de enloquecer!
El olor de mis rosales
es una antorcha encendida
en un pecho de mujer
que ya, ni sueña, ni olvida.
NOCHES
En mis noches largas, cuando la soledad se hace desierto
para que brote el llanto sigo
prendida a la palabra.
Me introduzco en un poema con ansia
e incertidumbre.
Me atormenta el insomnio, miles de
puntos negros
luchan en mi cabeza
queriendo ordenarlo todo.
Pero la mente es
absurda, tenaz y atormentada
que intenta barajar sueños rotos como peleles
muertos.
¡Cómo se esfuerza la insensata queriendo darles
vida!
Queriendo resucitar
proyectos perdidos, sueños infinitos.
¡Pobre ilusa! No ve que
son latidos deshilachados
de ilusiones olvidadas,
son fantasmas del pasado
que vuelven para
dañarme entre el recuerdo.
Estas noches tan
largas, tan solas, tan inmensas
Son a veces lagunas
cargadas de tormentas.
Y yo, en éstas noches,
pregunto siempre alerta,
¡Patético adefesio que
el alma me alimentas
¿Cuántos días me quedan
para rendirte cuentas?
¿CUÁNTO TIEMPO?
¿Cuánto tiempo hace
falta para borrar un instante
en las hojas del
silencio cuando se rompe un paisaje?
¿Cuántos años hacen
falta para borrar una imagen
En las noches sin
consuelo por sendas inolvidables?
¿Cuantos días, cuantos
años de llantos interminables
para borrar de la mente
lo que no quiere borrarse?
¿Cuántas horas hacen
falta para poder consolarse
de los tiempos que se
fueron con quien no pudo quedarse?
¿Cuántos años, cuantas penas, cuantos días desiguales
para consolar un alma
que vive entre soledades?
¿Cuánto tiempo hace
falta por las hebras de la sangre
Para irse al infinito
donde reposa una madre?
SOLA CON LA SOLEDAD.
No hay soledad más sola
que la soledad de un muerto, ya lo decía Gustavo Adolfo Bécquer “¡Dios mío qué solos se quedan los muertos!"
Esta noche he tenido un
sueño terrible,
me he visto en la última
senda por el camino del tiempo,
en una niebla espesa
como de sombras grises, allí
me he encontrado a mi
misma con todo lo que soy…
con todo lo que tengo…
¡Que sueño más amargo
entre las dunas secas
del secanar más negro!
Iba sonámbula y sola sin voces ni equipaje,
vagaba entre neblinas
detrás de algún destino…
¡Y no tenía nada… Solo había
desolación!
Allí no había ni rastro
de aquella sombra alegre
que siempre fue conmigo
contándome los pasos.
¡Solo había soledad! ¡Tan
solo la soledad era un reflejó
oscuro por la arena! ¡Carne
sin huesos! ¡Soledad y yo!
¡Yo misma con dos
cuencas sin ojos y la garganta abierta!
Las crasas resbalaban
sin cesar para acabar con todo.
Mis manos, que fueron dos esclavas que yo volví palomas
ahora eran huesos roídos
por gusanos, miré mi pecho abierto,
mi arca de ilusiones
donde guarde tesoros de lunas encendidas
era un montón de
escombros vacío ante la nada.
Ni sombra de mi risa,
ni rastro de cara, ni chispa de los sueños
que un día me hicieron
alma, ¡Qué horrible estaba todo!
¡Qué sola me
encontraba! ¡Qué final más amargo
para quien fue
Esperanza!
Hoy he vuelto a llorar…
De nuevo se rompió el espejo de amatista.
Otra vez el trueno quebró el el
cristal del alma.
Ya no quedan rescoldos de antaño.
Nada queda en la seda gris de la
ilusión
ni en el brillo de los ojos.
Se agotó la siembra de arreboles,
el sabor de los besos
el aleteo fugaz de las sonrisas, ya no hay luz en los pasillos
ni ramos de promesas ni sueños
compartidos.
Se han agotado los paseos la prisa
de las manos
el cálido contacto la fiebre del
deseo mirar juntos la luna
y ver amaneceres, ahora no queda
nada,
solo la voz oscura que grita y
amenaza
provocando el naufragio.
En mis manos solo una flor pequeña
con los ojos abiertos
llorando cuando lloro y un latido
en el vientre
sin rostro todavía… y vuelto a
llorar.
En mi rostro, mascara de amargura,
queda el rastro cercano de una mano
agresiva.
Toda la vida es senda de eternas
soledades
marcando los recuadros de miedos
provocados.
¿Qué será de mí desdoblada en tres
vidas?
Maquillaré mí sangre, redoblaré las fuerzas…
¡Y que esta sangre tuya que mezo y
que me crece
me sirva de pañuelo para seguir
llorando!
YA ES TARDE
Ya es tarde para todo, madre mía.
Para ti y para mí llegó la tarde.
Miro mi piel y veo tu piel envejecida.
Siento mi voz y tu voz siento que renace.
Tu gesto por mi cara se refleja
Tus pies son el cansancio en mis andares.
Todo en mí eres tú, cansada y vieja
como el triste atardecer que me legaste.
Tu pelo en mi pelo encanecido
tus surcos de la frente, tus cárdenos lunares
la lentitud pesada de la vida
alicortando mi gesto, misma imagen.
Todo en mí eres tú madre del alma
¡Te has quedado inserta por mi sangre!
Hoy siento que te siento en mis palabras
presente y renacida como antes.
Y pienso que quizá en esta vida
Esa es la eternidad que más nos cuadre
¡Pues nacemos a la vida de la vida
cuando brotamos del brote de la madre!
Es el corazón
errante albatros de mar altiva
surcando
aguas dispares como un barco a la deriva.
Galeón de
vaguedades sin horizonte y sin puerto
desafiando
arrecifes con la popa al descubierto.
Corazón de
golpe esquivo y latidos sin calor
incapaz de de
estar cautivo, incapaz de dar amor.
Pobre de
aquel navegante por mares de enamorar
si algún
corazón errante se le cruza en alta mar.
NADA
Entre tú y yo no queda nada
No queda ni un resquicio de luz
ni un rayo de aquel tiempo de amor
que fue en su día la base principal
de un gran proyecto.
Ahora la vida transcurre insoportable
igual que un lastre, sin horas, sin interés.
Los días pasan lánguidamente, sin ningún
aliciente por las paredes del alma.
Todo es frío, triste, silencioso
todo es un túnel sin fin por donde
el tiempo pasa como un animal
al acecho matando poco a poco
cualquier atisbo de ilusión que pueda
resurgir entre nosotros.
Por eso no queda nada, nada queda ya
en este pasadizo de aburrimiento.
No quedan risas, ni palabras, ni deseos
ni un gesto tan siquiera que pueda detener
esta agonía que avanza siniestra por la casa.
La vida transcurre entre nosotros
como un espectro sombrío, pasa
entre los dos envejeciéndonos
con esa lentitud tan cruel que trae
la muerte cuando viene con el dolor
del sufrimiento.
¡Quién lo iba a decir hace unos años
cuando todo parecía leña y fuego!
¡Quién podía imaginar que llegaría
este tiempo sin sentido, este espacio
sin razón, sin aliciente, estos días
que pondrían a nuestro corazón
en un océano de hielo!
Ya ni los recuerdos apetecen
Todo es aburrido, rancio, hueco.
Todo es rutina insoportable
que se deshiela lentamente entre
nosotros.
Pasan los días, pasan los meses
los años, el tiempo es como un
andrajo inservible por el tiempo
y nosotros somos dos seres inútiles
incapaces de reactivar ni un átomo
de luz en estos cuerpos sin aliento.
Se nos arrugó la ilusión hasta el extremo
de ser estéril y sombría.
Todo estéril y triste, lo mismo que la piel
que sigue envejeciendo sin un rastro
de esperanza en unos años inciertos.
Ahora, la soledad lo abarca todo
la casa, las paredes, los encuentros
todo, todo llega envuelto en la
tristeza que nos llena cada rincón
del cuerpo.
Hay días en los que mis ojos
desbordados de tanta soledad
tanta tristeza, se atreven a bañarse
en el infernal lago de la pena
y lloro, lloro sin cesar, sin tregua
mientras tu, te vas cobardemente
sin atreverte a preguntar el motivo
de mi llanto, ¿Para qué preguntar?
Tu ya sabes la respuesta desde hace
mucho tiempo, ¡Mi dolor, mi llanto
mis amarguras, todo es por que
entre nosotros todo ha muerto!
¡Porque no queda nada!¡Nada
que nos recuerde aquel mundo
de amor que un día fue nuestro!
MI
MADRE, HOY HACE 20 AÑOS SE HIZO ALMA
Tu vientre de primavera
fecundado en noche
parda
se abrió como rosa
nueva
dando luz a una
Esperanza.
Tus pechos, como dos
lunas
brillando en la
madrugada
fueron miel de leche y
sangre
para alimentarme en
calma.
Tierna de amor y de
besos.
Tierna tú, tierna tu
alma.
Tierna siempre a mi
cuidado
fuiste como flor de
acacia.
Tu cuerpo, alabastro
fino,
como una columna blanca
fue firme bastión de
apoyo
en mi vida que
empezaba.
Tus ojos, faros
perpetuos,
siempre vigilando
estaban
si mi vacilar de niña
el camino equivocaba.
Tu corazón junto al mío.
Tu risa, campana clara,
era un repique de
gloria
si mi ilusión se
apagaba.
¡Ocho décadas contigo!
¡Ocho puentes de
alcazaba!
¡Ocho puntales clavados
dándome fuerzas sin
pausa!
Te fuiste con tus
silencios,
con tu dolor a la
espalda
dejándome triste y sola
con mi nube de
palabras.
Hoy se cumplen veinte
años,
los mismos que me
llevabas,
y hoy soy yo quien se estremece
con la vejez en la
espalda.
Hoy se cumplen mis
ochenta
como una losa pesada
recordándome el camino
del tiempo que nos
separa.
Hoy, sopesando los
años,
siento el tiempo que se
acaba,
y te siento madre mía,
llamándome hacía la
nada.
¡Madre, como pasa el tiempo!
Tú en el aire, yo en tu
alma
sintiendo solo el
latido
de tu vida alicortada.
Tu camino, que fue el
mío,
Es una senda trenzada
Marcando justa vereda
Del final de una
jornada.
Los años fueron pasando
sobre tu sangre
escarlata,
por tus ochenta
septiembres
sin sentir que se pasaban.
Hoy soy yo, la que en
silencio,
camino vieja y cansada
cargada de ochenta
junios
tras tu sombra por la
casa.
Ya solo queda el
recuerdo
de dos alondras, dos
almas
con dos cruces, dos
calvarios
con el nombre de Esperanza.
18-9-2019
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